Es raro comer un buen pan sin gluten y, a menudo, las recetas sugieren que agreguemos huevos para que quede más esponjoso.
Después de muchas lecturas y pruebas, finalmente logré hacer un pan sin gluten y 100% vegano que es una auténtica delicia.
Para que este pan sea un éxito, primero debo enseñaros como preparar un “polvo milagroso” que permite mejorar la consistencia no solo del pan sino también de los pasteles sin gluten que queráis preparar.
El “polvo milagroso”:
Se trata de una mezcla para agregar a la masa de vuestro pan. Está hecha de semillas de lino, semillas de chía y psyllium, y se puede conservar en la nevera durante un máximo de diez días. Ya dependerá de vosotros en qué momento decidáis usarla.
Yo utilizo 50 gr de esta mezcla por 500 gr de harina. Aquí tenéis la receta para preparar 100 gr de este “polvo milagroso”.
Necesitaréis:
- 60 gr de linaza rubia
- 30 gr de semillas de chía
- 10 gr de psyllium (para que resulte más barato, podéis comprar semillas de psyllium negro que será necesario moler bien para liberar el mucílago que contienen)
Las semillas de psyllium negro:
Debéis molerlas en un molinillo lo suficientemente potente como para obtener un polvo fino.
Un pan tan suave como deseéis:
Este pan se prepara con una mezcla de harinas sin gluten. Os invito a variar la mezcla y elegir la que os permita hacer el pan que más os guste. Esto posible que dar con la mezcla que más os guste requiera algunas pruebas y experimentos.
Se permiten todas las mezclas de harina (maíz, quinua, trigo sarraceno, garbanzos, etc.).
Para este pan, yo he mezclado 500 gr de harinas diferentes. Lo único que no varía es la proporción de almidón, aunque podéis utilizar un almidón diferente del que aquí os sugiero.
- • 160 gr de harina de maíz
- • 130 gr de almidón de patata
- • 150 gramos de harina de arroz
- • 60 gr de avena
Lista de todos los ingredientes:
- • 500gr de mezcla de harina y almidón.
- • Una bolsita de levadura de panadería que debéis rehidratar con un poco de agua tibia (o bien un bloque de levadura fresca que debéis diluir en un poco de agua tibia) y una cucharada de azúcar.
- • 50 gr de «mezcla milagrosa»
- • 380 gr de agua tibia (CARIÑO, ESTO HABRÍA QUE TRADUCIRLO A ML)
- • 90 gr de aceite de oliva. Podéis reemplazarlo con aceite de girasol u otro según vuestros gustos, aunque personalmente prefiero el aceite de oliva porque le da un aroma muy especial al pan.
- • Una manzana grande reducida a puré. Yo utilizo manzanas en lugar de huevos; son mucho más efectivas para lograr que el pan quede aún más esponjoso, no notaréis el sabor y no molestará a nuestras amigas las gallinas.
- • Unos 10-15 gr de sal
- • Podéis agregar todas las semillas que deseéis a la masa: lino, amapola, sésamo, girasol, calabaza, etc.
Deberéis mezclar todos los ingredientes secos y después agregar los ingredientes líquidos. No necesitaréis amasar mucho tiempo. No os asustéis si la masa queda un poco líquida; garantizará que el pan se suba en el momento de la cocción y quede más alto y esponjoso.
Debéis verter la masa de pan en el molde o los moldes que vayáis a usar. Estos moldes deben ser los definitivos (es decir, los mismos que vayáis a usar para hornear) para evitar manipular la masa después de su fermentación.
Meted los moldes con la masa en vuestro horno apagado, pero precalentado a 60 grados centígrados, y dejad que la masa repose durante al menos 2 horas para que pueda doblar su tamaño.
Después, hornead el pan en el horno a 200 grados durante 30 minutos si está repartido en varios moldes pequeños o 45 minutos si habéis utilizado un único molde grande. No olvidéis colocar un recipiente pequeño con agua en el fondo de vuestro horno.
Cuidado, este pan es irresistible! 🙂